Artículo de opinión de Féliz Monreal (Diario de Noticias)

Monreal, Morala, Muniáin. Si no recuerdo mal, así comenzaba la lista de alumnos novatos que compartíamos clase en el Instituto Ximénez de Rada. Nos tocó estrenar el Bachillerato Unificado Polivalente (BUP) mientras el resto de clases iban clausurando año a año el plan antiguo. Buena parte de los chicos procedíamos de los pueblos y para algunos el desplazarnos dos veces al día a Pamplona ya suponía un aliciente de idas y venidas. Fueron aquellos tiempos trepidantes, de aprendizaje dentro y fuera de ese edificio que llamaba la atención por su fachada, un pórtico con seis columnas y arcadas a ambos lados. Pero el interés estaba en el interior; en su biblioteca, en los viejos laboratorios con sus animales disecados o conservados en formol; en su gente: estudiantes, profesores y bedeles que transitaban por sus pasillos. Y en aquel anacrónico muro que separaba a las alumnas (Príncipe de Viana) de los alumnos. Ahora leo que el centro, renombrado IES Plaza de la Cruz, celebra el próximo 17 de noviembre su 175º aniversario. Camino de los dos siglos de docencia, de formar a generaciones de alumnos en ese tramo de la vida en el que ya hay que tomar decisiones de cara a un futuro que nos parecía lejano. A mí esa decisión me trajo aquí y no es mal momento este aniversario para agradecerlo.

Artículo publicado en la web del Departamento de Educación.

El IES Plaza de la Cruz celebrará el 17 de noviembre de 2020 su 175º aniversario. Aunque la situación generada por la Covid-19 ha exigido que gran parte de los actos se hayan tenido que posponer, quieren en la medida de lo posible, y siguiendo las indicaciones sanitarias, celebrarlo a lo largo de este curso. Dentro de la organización de la celebración se desea embellecer algunos de los espacios del instituto. Por ello, y conocedores de la afición al dibujo y del amor por el IES Plaza de la Cruz, se le propuso a D. Carlos Castiella, profesor en activo del departamento de filosofía, la realización de un mural conmemorativo en una de las paredes que hacen esquina en el vestíbulo de la calle Bergamín. Aceptó el reto y comenzó a hacer bocetos.