El pasado 24 de octubre, Loli Rodríguez, de la Asociación contra la Bulimia y la Anorexia nerviosas (ABAN) nos hizo una radiografía bastante clara de lo que suponen los trastornos alimenticios.
La charla, organizada por la Apyma y dirigida a familias, tenía el objetivo de dar visibilidad a una enfermedad que a pesar de afectar a personas de todas las edades y su entorno, aún permanece bastante oculta. La sociedad de la imagen no ayuda a nuestros jóvenes a verse bien y a quererse como son. Aunque el trastorno alimenticio puede estar desencadenado por muy diferentes motivos, algunos de ellos inicialmente inocentes como una dieta, una exigencia deportiva…parece que hay un componente que se repite: carácter generoso y perfeccionista, posible baja autoestima, sucesos externos como acoso… Algunas de las primeras señales son la irritabilidad, la mentira, el empezar a reducir el alimento o saltarse algunas comidas… las familias tenemos que estar muy atentas a estas señales, analizar el entorno y ante la mínima sospecha, pedir ayuda.
Los trastornos alimenticios son muy complicados, muy largos de tratar, procesos que duran muchos años, con muchos altibajos, pero si se quiere, en la mayoría de los casos, se puede. Hay luz al final del túnel y el apoyo de la familia, el cariño, la constancia, el seguimiento férreo de las pautas es vital para la recuperación.
Desde la Apyma queremos agradecer a Loli Rodríguez y a ABAN su tiempo y dedicación y confiamos en que hablar de este tema con las familias pueda ayudar a nuestros adolescentes a no caer en trastornos de la conducta alimenticia.



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