Muchos son los estudiantes de la ESO, e incluso de bachiller, que se plantean esta pregunta. Cansados de estudiar y memorizar a base de cabezazos contra la pared; intentando estudiar algo que no les gusta o que se les hace complicado; preguntándose si realmente la historia contiene suficiente valor e importancia en sí misma como para que sea una asignatura tomada con nota y evaluación. Y la verdad es que desde mi punto de vista es penoso estudiar algo que no tiene importancia en nuestro mundo actual, o quizás es que no somos lo suficientemente conscientes de ello.
Aunque nos parezca insignificante e incluso aburrida, la historia de la humanidad esconde todo tipo de valores, virtudes, hazañas… Realmente aguarda grandes y valiosos tesoros. Desde el inicio de las civilizaciones más importantes de la cultura clásica, como lo son Grecia y Roma, agraciadas fuentes de cultura para los países de occidente; hasta su fin y decadencia. El auge y declive de toda cultura relatada en la historia esconde un tesoro incalculable, y es que de tanto lo bueno como de lo malo se puede aprender y sacar una lección de provecho. Desde cómo y qué hizo falta para que surgiera un pueblo y ladrillo a ladrillo se fuera transformando en un imperio; hasta saber qué o cuáles fueron los banales errores que arrastraron dicha cultura, con toda su sabiduría, arte, arquitectura, costumbres y gente, a un final catastrófico y silencioso con el pasar de los tiempos. El bullicio de la ciudad acaba siendo un silencio de muerte sepulcral al que solo los historiadores y arqueólogos pueden devolverle la música y vida con el objetivo de que todo el esfuerzo de dicho pueblo se reconozca. A resumidas cuentas, conocer la historia permite saber de dónde y cómo venimos, para luego pensar por nosotros mismos qué hacemos, y por último, a dónde iremos. Y, ¿qué mejor que hacerlo aprendiendo de los errores de nuestros ancestros? Lo mejor sería no volver a caer como humanidad en la misma piedra de siempre, sino AVANZAR.
Otro tema es también si la mejor manera de estudiar esta asignatura es tal y como se está haciendo en España actualmente, pero eso es otro mundo del que otro día hablaremos, ya que se pueden decir muchas cosas acerca del sistema educativo.
En resumen, la próxima vez que te cuestiones el valor de conocer el pasado de tus antepasados, recuerda que sin la historia no avanzaríamos en el presente y futuro, y es que además es una gran ayuda para responder a las tres grandes cuestiones filosóficas: ¿de dónde venimos?¿Qué hacemos? Y, ¿a dónde vamos?
Steven René Morocho Valarezo
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