En la actualidad, las calificaciones escolares marcan y eligen nuestro propio futuro, a no ser que tu objetivo sea entrar en alguna universidad privada, porque en ese caso con solo aprobar es suficiente. Para acceder a la universidad en el sistema público, o se es extraordinario con unas notas espectaculares o, probablemente, haya que conformarse con una carrera que no es la que nos gustaría porque no nos llega la nota. Nuestro futuro y nuestra vocación se ven condicionados por esta nota de corte y eso genera un estrés y una competitividad poco saludables entre los estudiantes de bachillerato.
El acceso a las carreras de la rama sanitaria es un claro ejemplo ya que es necesaria una nota muy alta y muy pocos pueden permitirse estudiar lo que realmente les apasiona. A pesar de que se está continuamente hablando de que hay escasez de médicos, las notas de corte son inalcanzables por la gran demanda y las pocas plazas. Seguramente, muchos con una tremenda vocación médica hayan tenido que descartar la opción porque no las alcanzan pero, ¿y si en el camino hemos perdido a unos grandes médicos? Al igual que en la medicina, pasa en muchas otras carreras y lo único que consigue este sistema es que los estudiantes se vean obligados a marcharse lejos o a estudiar una carrera que no les gusta. Por estas razones los responsables educativos deberían plantearse implantar otros factores además de la nota.
Así que no, no es sano que los adolescentes tengan que ver condicionado su futuro por una nota que puede que no refleje verdaderamente lo que se merecen. Quizá los que pueden cambiar el sistema deberían ver lo que genera esta situación.
Naia
Deja una respuesta