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Los atascos

12 de mayo de 2025 Leave a Comment

Un atasco, en el contexto del tráfico urbano, se define como una congestión o embotellamiento de vehículos que impide o ralentiza significativamente la circulación normal por una vía. Se generan por la interacción entre la cantidad de vehículos que circulan, la capacidad de la infraestructura viaria y el comportamiento de los usuarios.

Los atascos tienen una serie de efectos negativos en el medio ambiente y en las personas, que incluyen:

Emisiones de gases de efecto invernadero: Los vehículos emiten dióxido de carbono (CO2), óxido de nitrógeno (NOx), y partículas en suspensión que contribuyen al calentamiento global y al cambio climático. Durante los atascos, muchos vehículos permanecen con el motor encendido y emiten gases de manera continua.

Contaminación del aire y enfermedades: Los atascos empeoran la calidad del aire en las ciudades, aumentando la concentración de contaminantes como el NO2 y las partículas en suspensión, que provocan efectos negativos en la salud de las personas, como problemas respiratorios y cardiovasculares. Se estima que en España mueren entre 30.000 y 45.000 personas al año por causas relacionadas con la contaminación.

Consumo de energía: Los atascos aumentan el consumo de combustible, suponiendo un importante gasto económico.

Contaminación acústica: El ruido generado por los vehículos durante los atascos puede ser molesto y perjudicial para la salud de las personas, especialmente para aquellas que viven cerca de las zonas de mayor tráfico. La contaminación acústica puede causar estrés, problemas de sueño y dificultades de concentración.


Para reducir los efectos medioambientales de los atascos, se pueden implementar diversas medidas, como:

Fomentar el uso del transporte público: El uso del transporte público reduce el número de vehículos en las calles y, por lo tanto, la congestión y la contaminación.

Promover la movilidad sostenible: El uso de la bicicletas es una alternativa de transporte mucho más sostenible que el vehículo privado, ya que no emiten gases de efecto invernadero ni contaminantes. Además, el espacio público ocupado en la calzada y en los aparcamientos disminuye notablemente. En un espacio de aparcamiento de coche, se pueden instalar entre 8 y 10 plazas de aparcamiento para bicicletas. Son ya muchas las ciudades que ofrecen servicios de bikesharing o bicicleta compartida, y muchos urbanitas están descubriendo una alternativa más cómoda, rápida y sostenible para desplazarse en entornos urbanos.

Mejorar la planificación urbana: Una buena planificación urbana puede reducir la necesidad del vehículo privado para desplazarse, mediante la creación de zonas residenciales y de trabajo cercanas y bien comunicadas.

Implementar medidas de gestión del tráfico: se mejora la fluidez del tráfico con una adecuada sincronización de semáforos y con la creación de carriles exclusivos para vehículos de transporte público. En algunas ciudades se han implantado sistemas de tarificación vial, que es un sistema de cobro a los vehículos por el uso de ciertas vías, ya sean carreteras, autopistas o áreas urbanas.

Crear de zonas de bajas emisiones en núcleos urbanos: Las ZBE restringen el acceso a los vehículos más contaminantes, que son aquellos que no tienen etiqueta ambiental de la DGT o que tienen las etiquetas más bajas (A, B y C). Los vehículos con etiqueta ECO y CERO emisiones pueden circular libremente por las ZBE.

Fomentar el uso de vehículos eléctricos: Los vehículos eléctricos no emiten gases de efecto invernadero ni contaminantes, por lo que son una alternativa más sostenible a los vehículos de combustión interna.

Propiciar el uso compartido del automóvil: según fuentes de la DGT, más del 80% de los coches que se desplazan diariamente por las ciudades transportan únicamente al conductor. Implementar carriles VAO (carriles exclusivos para vehículos con dos o más pasajeros), descongestionaría enormemente el tráfico y animaría a la ciudadanía a compartir vehículo en sus desplazamientos diarios al trabajo.  

Al implementar estas medidas, se puede reducir el impacto ambiental de los atascos y mejorar la calidad de vida en las ciudades.

Raúl Urdaci Iriarte


Filed Under: CON100CIA2, La ciencia a mano, Número 4

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