¿Logran las acciones vandálicas su propósito, o desprestigian las causas que persiguen?

En los últimos meses ha habido varias noticias sobre obras de arte que han sido vandalizadas para conseguir los objetivos que los autores de estos actos querían lograr o para denunciar una causa. Como por ejemplo en enero, cuando “La Gioconda” sufrió un ataque a base de sopa naranja por parte de dos activistas que reclamaban una alimentación y prácticas agrarias saludables.  Sin embargo, lo único que consiguieron con estos actos fue desprestigiar la causa que persiguen, en vez de alcanzar su propósito.

A pesar de que de esta manera pueden llamar la atención de las autoridades, no servirá de mucho. Ya que realizando este tipo de actos, se les percibirá como una amenaza. De hecho, cuando fue atacada la famosa obra del Louvre, los empleados taparon el lugar para evitar que fuera grabado, en vez de prestar atención a sus reclamaciones. De manera que su objetivo quedó en segundo lugar, porque destacaron más sus acciones que su mensaje. Además, al ser acciones vandálicas pueden dar una mala imagen de la causa por la que realizan dichos actos. 

En general es más difícil empatizar con quienes realizan acciones violentas, ya que a pesar de que tengan razón, los demás se pueden llevar una impresión negativa de esas personas, y por tanto, de las causas por las que luchan. Debido a esto, es complicado tratar de entender sus motivos por mucho que sus propósitos sean importantes. Pues no todo es válido para conseguir tus propósitos. ¿No sería más fácil empatizar con personas que no realizan actos vandálicos? En vez de atacar obras de arte podrían tratar de exponer sus razones de manera argumentada y sin ensuciar cuadros o realizar otro tipo de acciones vandálicas. De esta manera podrían conseguir que la sociedad les escuchara e incluso se plantease ayudarles con sus objetivos.

En definitiva, realizando acciones vandálicas, no conseguirán sus propósitos, ya que se les puede percibir como personas que no son de fiar y sus acciones pueden tapar los verdaderos motivos por los que luchan. Además, no es tan fácil empatizar con alguien que realiza actos violentos, siempre es más fácil convencer a los demás evitando ese tipo de acciones y demostrando porqué son importantes los motivos que se persiguen.

Naiara Pascual